Discurso Philippe Hunziker, presidente Asociación Gremial de Editores de Guatemala y Feria Internacional del Libro en Guatemala

Xsaqirik nan
Xsaqirik tat
Xsaqirik iwojonel
K’amo xixpe
In kinrayij kintzijon pa K’iche’, ri utzij ri tat Humberto Ak’abal.
Kinwayej kinrik che taq wa q’ij ri’.
Kinta chi we kiniwayej xuquje kinikuyu.

Buenos días. Gracias por venir. Quisiera hablarles en kiche’, la lengua de Humberto Ak’abal. Espero aprender pronto. Les pido disculpas y paciencia.

Hace algunos años, estuve con Humberto Ak’abal. Una de las cosas que me dijo se quedó conmigo todo este tiempo. 

Me contaba Humberto que en Kiche’ no se diferencia entre los colores que en castellano llamamos verde y azul. Cuando ves al horizonte, me decía, en nuestra tierra montañosa y arbolada, la última de las montañas parece azul, pero vos sabés que no es azul, sino que es verde. La diferencia, pues, no está en la naturaleza de los colores, es un asunto de distancia.

Recientemente he aprendido que, en kiche’, verde se dice rax, y azul, o cielo, o celeste, se dice xar. Dos palabras que, me parece, deben estar emparentadas.

Más allá de estos detalles, lo que me queda claro de aquel recuerdo es que el lenguaje, que es el sustento de la literatura, nos permite ver con otros ojos. O más precisamente, ver con los ojos de otros. Humberto me enseñó lo que veían sus ojos, y descubrí que, aunque mi lenguaje lo nombrase de forma distinta, mis ojos veían lo mismo que él.

Aunque la memoria, ya se ve, es traicionera (así son la vida y la literatura), recuerdo con claridad y, ahora, con cierta congoja, la carta de aceptación que Humberto nos envió cuando le informamos en julio de 2018 que la Asociación Gremial de Editores de Guatemala quería que la FILGUA 2019 estuviese dedicada a él. Acá su respuesta:

Con agradable sorpresa he recibido su notificación acerca de su decisión de “Dedicarme la XVI Feria Internacional del Libro de Guatemala 2019”.
Y, como ustedes lo recalcan, el 2019 será el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, lo que para mí significa una gran celebración, dada la importancia que han jugado nuestras lenguas originarias, y particularmente las lenguas mayas, como cimiento de la cultura de nuestros pueblos y, por ende, de Guatemala en el mundo.
En ese marco de capital importancia y porque soy heredero de la “Lengua de los Dioses”, pues en maya-k’iche’ fue escrito el libro fundamental de la literatura de América, nuestro Popol Wuj, agradezco la dedicación y la acepto con mucha humildad.

Lo que no podíamos saber entonces, es que tendríamos no lo tendríamos con nosotros, que tendríamos que dedicársela a su memoria. Trágicamente, Humberto nos dejó el 28 de enero de este año.

La FILGUA 2019 está, pues, dedicada a Humberto Ak’abal. Una serie de manifestaciones, que incluyen lecturas de sus poemas por sus lectores, se llevará a cabo durante la FILGUA.

Recordaremos siempre a Humberto por su risa grande y completa, por su voz honda pero sencilla, esa voz que seguimos y seguiremos siempre escuchando cuando lo leemos. Humberto no solo le dio una voz nueva al kiche’, su idioma. También nos lo regaló a quienes no tenemos el privilegio de hablarlo. Siempre fue muy generoso. Su poesía es quizás el puente más sólido que tengamos para transitar de una cultura a otra, de un idioma a otro.

He ahí una de las funciones de la literatura: tender puentes entre culturas y, sobre estos puentes, crear comunidades más amplias, más tolerantes, más incluyentes.

En Chapinismos del Quijote, ese precioso libro de Francisco Pérez de Antón que descubre, en nuestro castellano guatemalteco, expresiones que empleaba el Caballero de la Triste Figura, encontramos alguna referencia a la permeabilidad a los idiomas originales de nuestra tierra del impuesto idioma castellano.

Admite don Paco, por ejemplo, que, al intentar una arqueología de la expresión “ponerse una buena zoca”, no consigue transigir entre la versión según la cual este vocablo ya se utilizaba en la Mancha del siglo XVII en la expresión “andar de zoca en colodra” (que significaría andar de mercado en taberna) y la otra, que encuentra el origen de esta la palabra en el zoco (o tzoc en Náhuatl), ahogo que sufren las gallinas que padecen alguna enfermedad respiratoria, y que llevan el pescuezo torcido, la cabeza cediendo a la gravedad, como alguno que otro bolo que hemos visto o que hemos sido.

Este es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas. La FILGUA propone una serie de actividades para poner de relieve la importancia de los idiomas indígenas, los mayas en particular. El lugar que ellos ocupan es central en la vida de nuestro país. El lugar que deberían ocupar, sin embargo, es mucho mayor, y el espacio que han tenido en el mundo de las letras es todavía muy insuficiente.

Estamos hermanados en esto, como en tantas otras cosas, con nuestro querido vecino, el Estado de Chiapas.

A través de su Embajada, México ha estado siempre muy cerca de la FILGUA, desde su nacimiento. Nos sentimos acompañados. Corresponderemos con nuestra hospitalidad cuando el autor y editor mexicano Alberto Ruy-Sánchez, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2017, entre muchos otros premios, dicte la conferencia inaugural de la FILGUA, el 11 de julio.

Chiapas, Invitado de Honor

La FILGUA ha tenido la fortuna de que Chiapas haya aceptado ser su Invitado de Honor. La Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH) ha hecho una labor titánica para reunir a un contingente portentoso de autoras y autores chiapanecos, y de personalidades de la vida cultural de nuestro vecino gemelo. Tanta historia compartida, tanta cultura hermanada y por hermanar. Nuestros pueblos son uno solo que hoy, por fin, se reencuentra, se redescubre, como quien se ve al espejo después de mucho no verse.

Hoy hace 45 años, fallecía Miguel Ángel Asturias.

Con el mismo orgullo instintivo, primordial que sentimos cuando escuchamos aquellos sus versos: el de las plumas verdes, el de las largas plumas verdes, verdes, verdes, estamos orgullosos de ser los anfitriones de nuestros hermanos chiapanecos. Para nosotros, guatemaltecos, será esta, sin duda, la oportunidad de descubrir, entre tantas otras joyas, los poemas del Libro Centroamericano de los Muertos, de nuestro querido Balam Rodrigo y de conmovernos al leer algo como esto:

Tengo 11 años, ahora y para siempre.
Nací en el Barrio FendeSal de Soyapango,
cerca de San Salvador, pero a mí nadie,
nunca, me salvó.
Mi padre fue asesinado por pandilleros
de la Mara Salvatrucha,
le quitaron una soda y una cora; no tenía más,
ganaba tres dólares al día en el vertedero.

Así iremos nombrando y dando espacio a esa comunidad que somos los mesoamericanos. Ya ven ustedes que vamos hablando, oportunamente, de la Feria Mesoamericana del Libro.

A Hemingway, el parco, el breve, le plantearon sus amigos una apuesta. Escribir una historia en seis palabras. Los amigos perdieron la apuesta, por culpa de esta historia:

Vendo: zapatillas de bebé, sin estrenar

Tanto dicho en tan pocas palabras. El poder de la literatura, quizás su importancia mayor, reside en que nos permite sentir, como han sentido ustedes ahora al escuchar esta historia. Ponerse la piel de otro. Físicamente sentir lo que otras pieles han sentido. Eso es lo que se llama empatía.

Si nuestro trabajo, el de la organización de la FILGUA, el de la promoción de la lectura, consigue crear un poco de empatía, habremos logrado mucho. O en definitiva, lo habremos conseguido todo.

Empecemos con los niños. Este año, hemos rediseñado FILGUA Niños por completo. Hemos incrementado el área para las niñas, para los niños, y pensado sus actividades para que sean un espacio de diversión y de entretenimiento, un espacio de aprendizaje y de convivencia. Cinco espacios para talleres y una gran auditorio para actividades más espectaculares. Ustedes que me escuchan hoy, no son niños, pero querrían serlo si supieran lo que podrán disfrutar en FILGUA Niños: títeres, cuenta cuentos, actividades lúdicas con autores internacionales, talleres de ciencia y muchas otras cosas.

Los niños ocupan, ahora y siempre, un espacio primordial en FILGUA. El ya famoso y esperado Concurso Interescolar de Lectura recibirá a más de 50 aulas completas, de tantas escuelas de varios departamentos del país. Presentarán, con juegos, exposiciones y obras de teatro, sus interpretaciones de la lectura que han hecho de libros que les hemos propuesto. Así esperamos ir haciendo nuestra parte en la labor tan importante de creación de lectores.

La de crear lectores es una responsabilidad del Estado de Guatemala. Y es esta una responsabilidad que el Estado asume cuando apoya a la Feria, por medio del Ministerio de Cultura y Deportes, sobre la base del Acuerdo Ministerial de Institucionalización de la Feria Internacional del Libro en Guatemala. Es importante decirlo. Sin este apoyo, una Feria Internacional del Libro no podría realizarse con dignidad.

Hemos suscrito también un convenio con el Ministerio de Educación, que facilita la coordinación de nuestro programa de visitas escolares a la FILGUA, programa cuya logística queda asegurada gracias al patrocinio de BANRURAL, institución que ha sido por años la aliada de la feria. Miles de niños disfrutarán este año de la FILGUA gracias a estas alianzas.

Para acompañar a los niños en su proceso de formación lectora, debemos preparar a los adultos. Las Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil, con más de una docena de actividades dedicadas al desarrollo de la ciudadanía y la identidad, estarán abiertas para maestras, educadores, promotores de lectura, padres de familia y demás adultos que portan la estafeta de la lectura a lo largo de todo el año.

Si estas personas son las mensajeras de las letras, las bibliotecas son su santuario, su refugio. Más allá de proponer libros a sus usuarios, su papel es el de constituirse en un espacio seguro para una comunidad. El trabajo que hacen los bibliotecarios guatemaltecos es extraordinario. Y su impacto en una comunidad muy subestimado.

Nuevamente, gracias al Concurso Nacional de Bibliotecas, FILGUA premiará a una biblioteca que podrá escoger libros para complementar su acervo. Este año, además, gracias a la colaboración del Goethe Institut, un representante de la biblioteca ganadora podrá viajar al Coloquio Internacional de Bibliotecarios, que tiene lugar en el marco de la FIL en Guadalajara.

Ganadores o no del concurso, los bibliotecarios tendrán la ocasión de asistir a la Conferencia Internacional de Bibliotecas, con la cual, a través de 20 talleres y conferencias de ponentes nacionales e internacionales, la FILGUA contribuye a la profesionalización de uno de los gremios más importantes del ecosistema del libro en Guatemala.

Aprovechamos para reconocer la inestimable ayuda que recibimos de la Fundación Riecken en los proyectos relacionados con bibliotecas.

La FILGUA es también un punto de encuentro ineludible para los estudiosos de las letras de la región. La CILCAC (III Conferencia Internacional sobre Literatura Centroamericana Contemporánea) recibirá a académicos de todo el hemisferio para discutir en particular acerca de la situación de las literaturas indígenas y afrodescendientes de Centroamérica, a lo largo de 37 ponencias y conferencias.

Guatemala nos fascina y nos desgarra. Nos conmueve y nos repele. Tratamos de comprender nuestro país y se nos vive escurriendo entre los dedos. Pero no claudicamos: tratamos de explicárnoslo, tratamos de cambiarlo. Publicamos libros, los leemos. Tenemos opiniones distintas y las expresamos de maneras diferentes, blandiendo el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Después de todo, pertenecemos a un linaje ilustre. ¿No fue acaso Augusto Monterroso quien, en protesta contra un tirano muy nuestro en el 44, pintó en una pared de esta misma ciudad: “No me ubico”?

FILGUA es un espacio seguro en el que está bienvenida la expresión de las más diversas opiniones. Esto, a veces, no es cómodo, pero creemos que es importante. Es más, creemos que es vital.

Tenemos la suerte de contar con aliados que comparten esta creencia y cuyo apoyo es fundamental: la Unión Europea, El Periódico, La Hora, Nuestro Diario, Diario de Centroamérica, Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas, Plaza Pública, gAZeta, TGW, Nómada, Guatemala.com

Volvamos a Tito Monterroso. Aunque todos conocemos su famoso cuento, no hay dos de nosotros que lo haya pintado en su mente de la misma forma:

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

La posibilidad de imaginar lo que no existe, lo que puede ser. He ahí otra propiedad de la lectura.

Durante muchos años, los editores de la Asociación Gremial de Editores de Guatemala imaginaron una feria del libro verdaderamente internacional. Una feria que le presentara a los lectores, en papel, pero también en carne y hueso, a los mejores autores del mundo. Desde hace algunos años, la nube de ensueño se va aclarando, y se ve ya con nitidez lo que imaginábamos: una feria de clase mundial.

Así, Manuel Vilas, autor de Ordesa, el mejor libro publicado en España en 2018 según El País, compartirá con los lectores en FILGUA. El astrofísico canario Javier Santaolalla ya se está haciendo esperar.

La mexicana Rebeca Orozco nos hará descubrir a una Rosario Castellanos íntima, mientras que Andonella y Plaqueta conectarán poderosamente con adolescentes y jóvenes mujeres.

La poeta indígena mexicana Nadia López García nos hablará de poesía y de identidad, mientras que la ecuatoriana María Fernanda Ampuero nos golpeará con un libro fuerte, brutal.

El mexicano Alberto Chimal nos hará morirnos de miedo, Paco Ignacio Taibo II nos hará pensar y sin duda reír y sabremos de la más reciente novedad del argentino Patricio Sturlese.

Quisiera tener más tiempo para hablarles de los casi veinte otros de autores internacionales que visitarán la FILGUA.

Agradecemos aquí al Ministerio de Relaciones Exteriores, pieza fundamental de nuestra estrategia internacional, a Volaris y a Claro. Al Hotel Biltmore por su hospitalidad. Gracias especiales también a Todoticket.

Para culminar el programa, Eduardo Halfon, premio nacional de literatura Miguel Ángel Asturias 2018, encabeza el numeroso elenco de autores guatemaltecos que los lectores podrán conocer entre los días 11 y 21 de julio de 2019, en Fórum Majadas.

Los esperamos numerosos y acompañados.

FILGUA es una fiesta. Y la fiesta está por empezar.

Maltyox